Somos plenamente conscientes de que unir el término “joyas” al de “tendencias” puede ser para muchos una contradicción pura y dura: han sido muchos los años en los que ambos universos se han encontrado en lugares totalmente opuestos del mapa, ya que uno atesoraba el regusto de eternidad mientras que el otro se asociaba a lo volátil. Sin embargo, el devenir de la industria de la moda y de la joyería ha demostrado que no solamente son incompatibles, sino que ahora mismo van de la mano: sí, hay joyas que son tendencia ahora mismo y que, sin embargo, pueden seguir llevándose dentro de 15 años. Y de 25, de 35 y toda la vida, porque son inversiones seguras que están desprovistas de cualquier rastro aburrido.

Hay que conceder que ahora mismo el gusto de pasarelas y público pasa por una vuelta a los clásicos que sí, encaja a la perfección con los visos de atemporalidad que suele ser intrínseco a las joyas: al fin y al cabo, son inversiones que no deberían quedar abandonadas en el joyero al pasar unos meses. Por eso, las líneas que se acercan al minimalismo son un valor tan seguro como buscado en 2019, además de giros más o menos inesperados en esas mismas líneas (¿por qué no un anillo que realice algún requiebro para dar una forma especial?) y gemas de colores : los diamantes son imbatibles en cuanto a versatilidad, pero el regreso al exceso de los 80 e incluso los 70 suele venir acompañado de una dosis de viveza cromática a la que es imposible resistirse, sobre todo cuando se buscan piezas para fiestas (o para convertir en especial una camiseta blanca y unos vaqueros).

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